LOBO DE OTANI: CEBICHERÍA CLÁSICA CON ACENTO NIKKEI EN MIRAFLORES

Escribe Vanessa Rolfini (@rutasgolosas)

En el mundo nikkei peruano el apellido Otani es sinónimo de buena mesa. En este caso, José Luis, hijo de Octavio Otani el conocido Lobo de Mar de Miraflores, abre su propia cebichería para gusto de sus comensales de siempre y de los que están por llegar.

Lobo de Otani inició operaciones en plena pandemia en agosto de 2020. Resultó un nacimiento difícil, en un momento no propicio, cuando la instrucción que dictaba el sentido común apuntaba a hacer todo lo contrario, a esperar un mejor escenario. Pero previo a inicio del encierro colectivo, se había avanzado tanto, que detenerse o aguantar la respiración dejó de ser una opción. Así que el proyecto inicial de Lobo de Otani de ser cebichería de día y barra nikkei en las noches comenzó a media máquina, pero con la ilusión y las ganas intactas.

Al frente está José Luis Otani, hijo del conocido Octavio Otani, quien por años llevó la voz cantante en la cebichería miraflorina Lobo de Mar. De su padre aprendió el oficio, pero de muchacho partió a Japón y luego conducir por dos décadas un restaurante en la ciudad de Kakewaga, por motivos familiares decidió regresar a su natal Perú. De eso hace más de 15 años y en todo este tiempo trabajó en el negocio de restauración con sus hermanos, hasta que decidió a hacerlo en solitario. Además, cuenta con una nutrida clientela entre la comunidad nikkei de Lima.

Lobo de Otani es un lugar espacioso, dos pisos donde es posible guardar la distancia social. El menú ofrece exclusivamente pescados y mariscos preparados en cebiches, parihuelas, chaufas, arroces, picantes, entre otros platos que se pueden armonizar con los cócteles, porque le ponen especial atención a la barra.

José Luis Otani está todo el tiempo al frente de la cocina, se ocupa desde la compra hasta el trato con los clientes, con quienes les gusta conversar a fin de conocer sus gustos. Al punto de que ha logrado una carta de comensales frecuentes cuyas preferencias conoce bien y trata de complacer.

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En Lobo de Otani la recomendación comienza por su buen cebiche de lisa de altamar, que tal como expresa el chef tiene todas las características para lograr un buen plato, como carne firme, suave y con harto sabor, con los acompañantes clásicos de estos casos como son camote y choclo. Luego la sugerencia es pedir los platos para compartir y comenzar la selección con el Encuentro, que consiste en chicharrón de pescados y mariscos con vegetales salteados y una salsa nikkei, acompañado de yuca frita. La fritura resulta crujiente y la carne permanece jugosa pero bien cocida. El plato es contundente, perfecto para acompañar con una chela heladita.

Otros platos para hincarle el diente son el chaufa nikkei y el arroz con mariscos generoso en frutos de mar y muy gustoso. El picante de mariscos y la parihuela de mariscos, a la que Otani se refiere con especial orgullo porque ese caldo corto resulta sustancioso, asegura que es uno de los más pedidos por su clientela. La carta tiene muchas más opciones que en las noches se ajustan más a una barra nikkei, tal como fue la intención inicial de este restaurante. Otani se asoció con su hija Fiorella y su sobrina Harumi Nemoto, y ofrecen cervezas artesanales y cócteles como chilcanos y tintos de verano para acompañar con makis, alitas, brochetas de pollo en salsa teriyaki, wantanes y conchas.

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