EL OJO DEL COMENSAL: LILA, DESAYUNOS QUE CAMBIAN COSTUMBRES
Carlos Carlín se fue para Lila y un potente y refrescante desayuno lo hizo regresar para el almuerzo.
Carlos Carlín se fue para Lila y un potente y refrescante desayuno lo hizo regresar para el almuerzo.
Escribe Carlos Carlín (IG @carloscarlinof)
Mientras la gente desayuna, normalmente estoy durmiendo. Es imposible que salga de mi cama para compartir un desayuno. Sin embargo, este último domingo, una reunión familiar me obligó a arrastrarme hasta Lila.
Nada te dice al entrar que descubrirás un enorme patio posterior con varias mesas repletas de familias. Por esa razón, mi familia, con dos bebés, eligió Lila, en la calle Miguel Dasso de San Isidro, para desayunar. El espacio se adapta los domingos para que los niños se entretengan con juegos y manualidades. Una excelente idea para convocar familias completas. Pedí un sánguche de vegetales (vegetariano), que podría sonar aburrido, pero la combinación de palta, hummus, espinaca y cebollas a la brasa lo hacían sabroso y contundente. Varios en mi mesa eligieron el mixto de jamón y quesos que probé y recomiendo. Los jugos y extractos son frescos y necesarios para empezar el día. Elegí (y repetí) el de naranja y lima. La carta de desayuno es variada y provoca regresar. Felizmente, para mí, también se puede almorzar y/o cenar.
Entonces, al día siguiente, regresé. Empecé con unas empanadas trufadas increíbles, un vitello tonnato que no desentonó y de fondo una milanesa de bondiola con puré de papas y ensalada que me dejó satisfecho. Tremendo almuerzo. Ahora me falta la cena,pero si su desayuno logró transformar mi inconciencia de domingo mañanero en felicidad y al día siguiente me dieron un almuerzo con calidad, buen sabor y varias opciones; la cena en Lila no tardará en realizarse. Les cuento.
Por: Carlos Carlín El ojo del comensal
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