EL OJO DEL COMENSAL: QUÑI, EN BARRANCO- El Trinche

Escribe Carlos Carlín (IG @carloscarlinof)

En la avenida Pedro de Osma 410, a pocas cuadras de la plaza municipal de Barranco, un mural impone la presencia de la enorme poeta peruana Blanca Varela. Ese mural resguarda la entrada del restaurante Quñi, palabra quechua que traducida al castellano significa «calidez». Óscar Torres es el empresario joven que, habiendo crecido cerca a la buena cocina familiar, soñó con poner algún día su propio restaurante. Cuando vio que su negocio «seguro» caminaba solo, decidió no postergar más su sueño y hace un año encontró la casona donde hoy nos recibe con el entusiasmo de quien literalmente vive día y noche dedicado a supervisar cada detalle.

El Ojo del Comensal. Un mural impone la presencia de Blanca Varela resguardando la entrada del restaurante.

“Mi negocio formal me obligaba a trabajar desde las cinco de la mañana. Hoy mi vida no ha cambiado mucho. Soy yo quien todos los días abre y cierra el restaurante, pero ahora soy feliz», cuenta Óscar Torres, el creador de Quñi. El concepto de su proyecto se centra en poner en valor nuestros productos locales aprovechando todo lo que se pueda de ellos. También cultiva sus propios insumos vegetales, como tomates cherry, albahaca, apio y otros en torres aeropónicas dispuestas por todo el local, a la vista de los visitantes.

El Ojo del Comensal. En Quñi hay torres de producción aeropónica con tomates cherry o albahaca que usan en su cocina.

Quñi dispone de una nutrida cava donde pueden encontrar, entre muchos, vinos sin alcohol de muy buena calidad. Han creado las noches de all you can wine, donde los viernes pueden tomar todo el vino que deseen desde las siete hasta las 10 de la noche por S/ 80. Si quieren entregarse a la aventura, hay que reservar con anticipación. Óscar me ofrece un trago que se llama manzanilla, un macerado de gin con manzanilla, bitter bianco y Cinzano bianco que es una creación del barman. Consecuente con el objetivo de encontrar su identidad en Quñi, no usa azúcar en sus platos o bebidas. Tampoco ofrece bebidas gaseosas.

El Ojo del Comensal. Quñi apuesta así por respetar el producto nacional usándolo como protagonista.

Ya en la mesa probé como entradas el carpaccio de lomo curado y la burrata y prosciutto y, como fondo, un ossobuco con puré de papas nativas y gnocchi cuatro quesos. Todo con mucho sabor y excelente presentación. En sus masas ha logrado ligereza para que sus pizzas y focaccias no emboten. La calidez en Quñi se extiende más allá de su nombre porque es pet friendly, detalle que agradecí infinitamente. Los aficionados al buen café pueden llevarse el que producen ellos mismos en sus cultivos de Huánuco. Quñi apuesta así por respetar el producto nacional usándolo como protagonista, apuesta digna de reconocer.