EL OJO DE COMENSAL: INTIRA, EL GIN QUE NACE EN LOS ANDES
Desde Cusco, el italiano Lorenzo Zanchin creó un gin que resalta el ecosistema donde se desempeña, con 28 botánicos de la zona nace Intira Gin.
Desde Cusco, el italiano Lorenzo Zanchin creó un gin que resalta el ecosistema donde se desempeña, con 28 botánicos de la zona nace Intira Gin.
Escribe Carlos Carlín (IG @carloscarlinfof)
Para Lorenzo Zanchin, italiano del norte de Venecia, destilar está en la sangre. Su bisabuelo Eliseo empezó con el oficio que luego aprendería de su abuelo, a quien acompañaba desde que tenía cuatro años. Si se nace para un oficio, la pasión no se desvanece en el tiempo y es lo que le pasó a Lorenzo, quien creo un gin artesanal llamado Intira. Desde Cusco para el mundo.
Lorenzo Zanchin conoció en la universidad, en Italia, a Liseth Miranda, cusqueña de familia de hoteleros, y además del amor afloró la pasión que Lorenzo heredó de su bisabuelo. Decidieron instalarse en Cusco para manejar uno de los hoteles familiares y es en este lugar, que el mismo reconoce como privilegiado, que empezó a destilar para distraerse. Primero su producción era de 50 litros al mes para satisfacer a sus huéspedes, pero la pandemia hizo que le dedicara más tiempo a su herencia y aprovechando los productos de la zona consiguió crear Intira.
Lorenzo afirma orgulloso que su destilado representa el alma andina por dos razones. Primero por que combina 23 botánicos andinos. Además de naranja, mandarina, toronja, menta, pimienta molle y pimienta chapa (siempre presente en el caldo de gallina cusqueño), entre otras; y el enebro, que llega desde la Toscana, marida muy bien con las hierbas locales y permite que el producto se pueda llamar gin.
Y segundo porque el agua utilizada en el proceso de destilación proviene de cinco glaciares que están a 500 metros de la planta de producción. En casi cuatro años, Intira ha producido 3000 litros mensuales y ha sido reconocido por su calidad en distintos restaurantes y hoteles. Pagar lo justo a los productores es una prioridad y por esa razón el producto no busca distribución masiva. La destilería de Lorenzo está creciendo y aparte de Eliseo, el limoncello que para él es más un licor de cítricos y que ya está a la venta, se viene Intira Reserva e Intira frutos rojos, que cambia el arándano por la la típica frutilla andina. Hay mucha historia en un producto nacional de alta calidad elaborado con paciencia, responsabilidad y conocimiento. Intira ha logrado perfectamente combinar las raíces de dos mundos.
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