
VICTORIA WEFFER: REVALORIZANDO EL CACAO PERUANO DE ORIGEN
Con 27 años, quiere dar a conocer el cacao peruano a sus consumidores y abrirles la puerta para descubrir los perfiles sensoriales de origen.
Con 27 años, quiere dar a conocer el cacao peruano a sus consumidores y abrirles la puerta para descubrir los perfiles sensoriales de origen.
Escribe Fiorella Gómez (IG @lafoodieperiodista)
Aunque es oriunda de Venezuela, su pasión por el cacao peruano la llevó a crear su propia marca: Lovie Chocolate, donde trabaja con micro lotes de tabletas con distintos orígenes. En cada una de ellas, Victoria no busca solo la excelencia, sino también abrir un espacio para darle visibilidad al cacao del Perú en todo el mundo.
Es una ávida lectora, un alma sensible y, sobre todo, sensorial. Con cariño, algunas personas que han formado parte de su vida la recuerdan como “la mujer de las flores”. Puede ser por sus tatuajes, porque le gustan las flores o porque su personalidad irradia tanta belleza y color como ellas. Nació en Paraguaná, en la costa norte de Venezuela y, como si fuera guiada por el viento, llegó a Perú donde descubrió la inmensa variedad del cacao peruano. “Lovie nace de la necesidad de hacer una marca que sirva como puente para que las personas entiendan lo que es el chocolate de origen”, explica Victoria Weffer. Por este motivo, eligió cuatro variedades de cacao que fueran marcadas y distintas entre sí para que el consumidor pueda notar rápidamente las diferencias de sabor, animándose a conocer más sobre otros orígenes.
Victoria no persigue solo la perfección técnica, sino también darle vida a cada tableta. No solo con pasión, sino también puliendo el perfil sensorial de cada variedad. Actualmente trabaja con micro lotes de cacao Chuncho, Bagua, VRAE 99 y Morropón que pueden encontrarse en su web o su tienda física ubicada en el Museo Amano. Además, también cuenta con su colección Avireri, la más reciente. “Esa colección es como hacerle un zoom a la cajita de VRAE 99”, explica. Esto es porque en Avireri se profundiza mucho más en las variedades de VRAE y Bellavista, buscando perfiles más complejos. De esta colección Lovie produce un lote exclusivo de 20 cajitas, las cuales se agotan rápidamente apenas están disponibles.
A pesar de haber ganado reconocimientos por su trabajo en los Peruvian Chocolate Awards y los International Chocolate Awards, para ella eso no es lo más gratificante. “Lo que más me mueve es cuando las personas prueban, entienden y aprenden sobre el chocolate. Saber que de verdad estoy ejerciendo un cambio”, reflexiona la emprendedora. Cada cierto tiempo, en su módulo físico ubicado al interior del Museo Amano (donde próximamente abrirá un café), llegan a visitarla diferentes personas que han probado sus tabletas. Con el chocolate, Victoria no ha logrado solo construir una marca exitosa, sino algo más importante: una fiel comunidad.
Words Fiorella Gómez (IG @lafoodieperiodista)
Although originally from Venezuela, her passion for Peruvian cacao led her to create her brand, Lovie Chocolate, where she works with micro-lots of chocolate bars from different origins. In each bar, Victoria seeks not only excellence but also to create a space to give visibility to Peruvian cacao around the world.
She’s an avid reader, a sensitive soul, and a sensory one. With affection, some people who have been part of her life remember her as “the flower woman.” Perhaps it’s because of her tattoos, her love of flowers, or because her personality radiates as much beauty and color as they do. She was born in Paraguaná, on Venezuela’s northern coast, and as if guided by the wind, she arrived in Peru, where she discovered the immense variety of Peruvian cacao. “Lovie was born from the need to create a brand that serves as a bridge for people to understand what origin chocolate is,” Victoria explains. That’s why she chose four distinct and different cacao varieties, so consumers can quickly notice the differences in flavor and feel inspired to explore more origins.
Victoria is not only in pursuit of technical perfection, but she also wants to breathe life into each bar, not just with passion,but by refining the sensory profile of each variety. She works with micro-lots of Chuncho, Bagua, VRAE 99, and Morropón cacao, found on her website or at her physical store inside the Amano Museum. Victoria also recently launched her Avireri collection. “That collection is like zooming into the Vrae 99 box,” she explains. That’s because Avireri goes deeper into the VRAE and Bellavista varieties, seeking more complex flavor profiles. Lovie produces an exclusive batch of just 20 boxes for this collection, which sell out quickly as soon as they are available.
Despite having earned recognition at the Peruvian Chocolate Awards and the International Chocolate Awards, that’s not what she finds most rewarding. “What moves me the most is when people taste, understand, and learn about chocolate. Knowing that I’m really creating change” reflects the entrepreneur. Every so often, different people who have tried her bars come to visit her at her physical module inside the Amano Museum (where she will soon open a café). With chocolate, Victoria has achieved more than just building a successful brand. She has created something more important: a loyal community.
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