Escribe Daniel Quintero (IG @danielquintero)

Matera, en la región de Basilicata, al sur de Italia, es como una fantasía medieval hecha realidad. Un laberinto de piedra y luz que recuerda las escaleras imposibles de Escher, donde cada rincón pertenece a un momento diferente de la historia. Estuvimos en el hotel L’Artiere, ubicado en una de esas estructuras, en el  Sassi de Matera.

L’Artiere Dimore Nei Sassi es una puerta de entrada a este universo conocido como el Sassi de Matera, un conjunto de barrios declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, donde la arquitectura medieval se mezcla con el bullicio de una ciudad moderna, creando un contraste fascinante. Su nombre en español sería “La Morada del Artesano», y ese es el feeling que se percibe desde que se llega al alojamiento, que es una pequeña estancia de dos pisos y un sótano, todo en piedra. Es tarde en la noche y nos esperan en la puerta:  Nicolás nos recibe con una sonrisa, para guiarnos hasta nuestra habitación.

La propiedad familiar de Emanuele Mancini e Isabella Vitulli abrió en 2019 y desde entonces es gestionada por su hija Cinzia Manzini, acompañada por su novio Nicolás desde 2022. Cuenta con cuatro habitaciones, cada una con nombres inspirados en distintos tipos de artesanos: El Papelero, El Vidriero, El Herrero y El Ceramista. Elegimos esa última, una acogedora suite de 55 m² distribuida en dos niveles: en el primer piso, una sala de estar y un dormitorio con cama matrimonial; y en el altillo, otra cama matrimonial. Despertar entre almohadones mullidos, caminar sobre el piso de madera con los pies descalzos y abrir las cortinas para dejar entrar la luz del Mediterráneo (en realidad del Mar Jónico) hace la primera llamada a la desconexión. 

Las ventanas inundan el espacio de luz natural y ofrecen vistas a las encantadoras callejuelas de piedra. La terraza es el lugar perfecto para disfrutar de un café al amanecer o perderse en las páginas de un buen libro. La habitación cuenta con una ducha española con una muy buena presión de agua y temperatura ideal, para un baño largo y relajante con aroma a cedrón.

La mañana comienza con un café en la habitación con su respectivo cornetto antes de salir a explorar. Al regresar, L’ Artiere tiene un pequeño comedor con las paredes cubiertas de cuadros donde se toma el desayuno, con opciones de cornetti, frutas y huevos que se preparan al momento; y por las tardes,pueden beber una copa de vino, con quesos y embutidos de la región acompañados de un buen aceite de oliva.

Al caer la tarde, Cinzia y Nicolás invitan a disfrutar una copa de vino y una tabla de quesos y embutidos de la región. Al final del día, un antiguo tanque de agua se transforma en un salón íntimo para cenas privadas, otro secreto escondido bajo la piedra.

Las escaleras y callejuelas de Matera forman un laberinto encantador, perfecto para explorar al amanecer, descubriendo rincones ocultos entre la luz dorada. Sin embargo, también pueden ser un desafío para los viajeros, especialmente al ver a huéspedes de otros espacios cargando maletas por interminables peldaños de piedra. Por eso, agradecimos que L’Artiere estuviera cerca de una vía principal, permitiéndonos disfrutar de la magia de Matera sin sortear escalones interminables.

LOS DATOS

Habitaciones.  Cuatro en total, todas diferentes, inspiradas en oficios artesanales. Muros de piedra, techos altos, camas cómodas y espacios que reflejan la esencia de Matera: los muebles son de madera, las sillas lucen estampados locales.

Gastronomía. El desayuno en el comedor está incluido, cada noche piden llenar una ficha para que el desayuno esté listo a la hora deseada. Por las tardes, hay disponible vino con quesos y embutidos locales.

Experiencia.  Un hotel boutique que hace sentirse en familia, con una atmósfera que invita a la desconexión. El kit de amenities incluye la línea italiana Acqua di Colonia, cosméticos naturales enriquecidos con proteínas de trigo y envases sostenibles, envueltos en una fragancia cítrica y floral que aporta frescura y bienestar durante la estadía..

La temperatura. Aunque las instalaciones son de piedra y madera, tienen sistemas de calefacción y aire acondicionado para los momentos donde la temperatura exterior puede ser extrema.

Ubicación. L’Artiere está en pleno corazón del Sassi di Matera, en la región de Basilicata, al sur de Italia(empeine de la bota). Se accede en tren o carretera desde Bari (aproximadamente una hora) y se ubica en Via Conche 19, Matera. Está cerca de una vía principal que facilita el acceso, ideal para no cargar maletas por interminables escaleras. No cuenta con estacionamiento propio, pero aquí el lujo es caminar. Las reservas están disponibles directamente en su sitio web. 

DÓNDE COMER EN BASILICATA

Quizás por la temporada (finales de setiembre/principios de octubre), en cada calle los cactus estaban cargados de tunas, de colores brillantes, rojos naranjas con las frutas tentando a ser tomadas y comidas. El olor de pan recién hecho y distintas tiendas que ofrecen salumería, nos invitan a probar productos que se consiguen en todos lados. Aquí esos bocados que no deben perderse, y las tiendas y restaurantes para experimentar.

Taralli: Son pequeños aros o rosquitas, crocantes y adictivos de esta parte de italia, reconocidos por el gobierno italiano como producto agroalimentario tradicional. Probamos clásicos, con semillas de hinojo y con pepperoni cruschi.

Pimiento crusco. Un producto de la región lucana con indicación geográfica protegida. Es una variedad de pimiento alargado, deshidratado al sol, que se puede conseguir entero, fresco y deshidratado, en una especie de atados. También es un ingrediente usado en platos dulces y salados.

Il Bunongustaio. Una tienda de delicatessen que ofrece productos lucanos para llevar, desde panadería y pastas regionales, pasando por vinos y quesos hasta trufa fresca de temporada.

La Bottega Lucano. Sobre Via Domenico Ridola está la tienda de Amaro Lucano, un espacio donde la marca vive en sus bebidas, desde las versiones de Amaro con y sin alcohol. También tiene otras bebidas como sambuca, limoncello y licores, y mercadería inspirada en el ícono de la región, incluyendo pastas deshidratadas y galletas.

Panificio de Palo. Preguntamos a los amigos de L’Artiere dónde comer buen pan, y nos recomendaron este espacio: una panadería de barrio con una vitrina de focaccias recién hechas para comer al paso, muy rico y con el costo al peso, con papas, con aceitunas, con pistacho. No hay pierde en este local.

Sextantio.  Dentro de una iglesia desacralizada del siglo XIII, iluminada únicamente por velas, con música clásica de fondo y una chimenea encendida, este pequeño restaurante ofrece comida tradicional de la región de Basilicata, como habas con chicoria y pan de Matera (con IGP), fusiloni con calabaza y Cardoncello, chuletas de cordero con pistacho y caponata blanca de vegetales o bacalao con crema de pimiento crusco.

Vitantonio Lombardo. Otro espacio peculiar. Es una cueva abandonada convertida hoy en un comedor de fine dining. La carta utiliza ingredientes locales, como el tartar de atún del Mediterráneo; sirven cortex di crapiata, una sopa verde local que tiene una textura crujiente, aceite de oliva ahumado y helado de cebolla roja; también calamar relleno de entrañas de cordero y el postre Monte Crusko, un cremoso helado de pimiento crusco.

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