ARLETTE EULERT: TIEMPOS DE CAMBIOS
Estudió pintura an la Católica y terminó detrás de los fogones trabajando con productos de temporada. Hoy, Bruto es su nueva casa.
Estudió pintura an la Católica y terminó detrás de los fogones trabajando con productos de temporada. Hoy, Bruto es su nueva casa.
Escribe Paola Miglio (IG @paola.miglio)
A Arlette Eulert la acompañamos desde el inicio de Matria. Me acuerdo las primeras fotos fuera de su primer restaurante propio, Matria, saltando en una de las calles, libre. Fue para una revista semanal que ya no se imprime. Hace 13 años. Hoy Arlette comunica que cierra esa esquina de Mendiburu conocida por sus encuentros culinarios, por sus pejerreyes, arroces, postres golosos. Por la sonrisa de la chef que animó el espacio con espontaneidad y buen sabor. El camino, como ella dice, ha estado lleno de experiencias inolvidables y, estamos seguros, vendrán más. Porque Bruto, su nuevo lugar en Miraflores, ya lleva el ADN de Matria y se plantea más peruano y atrevido.



Arlette estudió pintura en la Universidad Católica de Lima y terminó detrás de los fogones trabajando con productos de temporada. Salida de las canteras de Rafael y El Mercado, su espíritu creativo e inquieto le permiten sorprenderse ante una obra de arte que recién descubre, tanto como por un insumo que arranca a nacer en una huerta. La curiosidad, ese elemento imprescindible que nos hace crecer en la vida, sumada a la constancia y a esa tenacidad que percibimos en su discurso y cocina, es lo que le permitió tener uno de los restaurantes más coherentes de la escena gastronómica limeña, Matria.
Hoy Arlette sigue imaginando y aplicando cambios, mejoras, trabajando con estacionalidad, productores y sus ingredientes, y en Bruto, apostando también por la trazabilidad y sostenibilidad. Matria, de alguna manera, sigue con nosotros. Arlette también. Y eso es lo que importa.

Words Paola Miglio (IG @paola.miglio)
We’ve been following Arlette Eulert since the very beginning of Matria. I still remember the first photos outside her first solo restaurant—Arlette jumping freely on a side street. It was for a weekly magazine that no longer exists. That was 13 years ago. Today, Arlette announces the closure of that beloved corner on Mendiburu, known for its culinary gatherings, pejerreyes, rice dishes, and indulgent desserts, and for her smile and spontaneous, flavorful presence that shaped the space. The journey, as she says, has been filled with unforgettable experiences, and we’re sure many more will come. Bruto, her new spot in Miraflores, already carries Matria’s DNA, but with a bolder, more distinctly Peruvian identity.



Arlette studied painting at the Pontifical Catholic University of Peru, yet her path eventually led her to the kitchen, where she dove into seasonal cooking. A product of the Rafael and El Mercado lineages, her creative and restless spirit allows her to be equally moved by a newly discovered work of art as by an ingredient just emerging in a garden. Curiosity, that essential element that propels us forward, combined with consistency and the tenacity we feel both in her voice and her food, is what allowed her to create one of Lima’s most coherent and meaningful restaurants: Matria.
Today, Arlette continues to imagine, shift, and improve, working with seasonality, with producers and their ingredients, and at Bruto, doubling down on traceability and sustainability. In a way, Matria remains with us. Arlette does too. And that’s what truly matters.
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