
3 QUE TIENEN QUE COMER EN EL MERCADO DE PUEBLA
Si se van a Puebla, en México, hay tres cosas que no deben dejar de probar. Son deliciosa, y por más grandes que parezcan, se las van a acabar.
Si se van a Puebla, en México, hay tres cosas que no deben dejar de probar. Son deliciosa, y por más grandes que parezcan, se las van a acabar.
Texto y fotos Paola Miglio / Twitter: paolamiglior / Instagram: @paola.miglio
Puebla queda a dos horas en auto de la ciudad de México y sus mercados son una locura: en ellos se puede encontrar desde suculentas gorditas hasta comales para asar las famosas tortillas de maíz. Fuimos al Carmen Serán, más conocido como La Acocota (4 Oriente No. 1619, en el Barrio de la Luz). Un espacio que ofrece frutas, verduras, los dulces típicos poblanos, pero también tiene patio de comidas. Acá lo que, sí o sí, se tienen que comer.
1. Las chalupas, que son pequeñas tortillas de maíz pequeñas que se fríen en manteca y se rellenan de carne, salsa verde o roja y cebolla. Se puede reemplazar la carne por flores de calabaza. Si las ven, aprovechen y las prueban.
2. Unas gorditas o tortillas de maíz azul rellenas de frejol (en el interior del maíz) y fritas que, a su vez se rellenan de cebolla, salsas roja o verde. También se les pone queso encima. Son grandes, pero si tienen hambre brutal de desayuno, son perfectas para comenzar el día.
3. Cemitas: tiernos panes de harina de trigo y semillas de ajonjolí y la base de unos de los sánguches más grandes que vimos hasta hoy: llevan palta, queso, hojas de pápalo y ají. Pero además carnes frías, milanesa o pata de res.
EL DATO: ¿DÓNDE DORMIR?
La Purificadora (www.lapurificadora.com). Nuestra segunda parada fue La Purificadora del Grupo Habita, en Puebla (a dos horas de DF en auto). Este mágico espacio ha sido levantado en una antigua fábrica purificadora de agua del siglo XIX, al lado de la iglesia de San Francisco. Su ingreso es impresionante, pues se han conservado los antiguos muros y se adaptó el contexto a una versión moderna. El concepto del arquitecto mexicano Ricardo Legorreta decanta en un jugueteo con los alrededores y, así, en las noches de luna llena, su luz compite con la de la iglesia para iluminar el lobby. Las habitaciones son bastante vanguardistas, las camas un sueño y prima como elemento el cristal transparente. Si les gusta el diseño, este es su hotel.
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