Escribe Catherine Contreras (IG @caty.contrerasr)

Una entrada algo discreta, en una calle bastante tranquila. Es el barrio Pinti, o Borgo Pinti, donde se ubica el hotel Four Seasons Florencia. Antiguamente esta zona fue una aldea, construida fuera de las murallas de la ciudad medieval, que con el tiempo vio surgir antiguos palacios y edificios de época donde habitaron diversos personajes. El Four Seasons es precisamente uno de esos palacios.

El lujoso hotel cinco estrellas es el resultado de un proyecto de restauración que duró cinco años y tuvo por objetivo conectar dos edificios para así formar el gran complejo hotelero. El primero de ellos es el Palazzo Della Gherardesca, cuya historia se remonta al año 1473, cuando Bartolomeo Scala, canciller de la República Florentina, compró una casa rodeada de jardines y que casi 20 años después transformó en un gran palacio. El otro inmueble, hoy llamado La Villa y que integra 37 habitaciones exclusivas, fue antiguamente un convento conocido con el nombre de Istituto Suore Maria Riparatrice, que data del siglo XVI.

Y aunque los detalles de arte y decoración no dejan de sorprender al interior del Four Seasons Florencia, es el gran Giardino Della Gherardesca el que cautiva al visitante. Y es que caminar por los senderos que recorren sus 4.5 hectáreas es una experiencia que conecta con la naturaleza y el pasado de este imponente hotel palaciego. Allí siguen en pie árboles centenarios y en peligro de extinción, como el añoso tejo (Taxus baccata), un árbol considerado como el más antiguo de Europa; la tuya oriental (Platycladus orientalis) o árbol de la vida por las propiedades homeopáticas del aceite que de él se extrae, y hasta una secuoya gigante. Completan el paisaje del Giardino una serie de estatuas y estanques, además de una construcción de estilo jónico (Orangerie) cerca de la cual se ubican los servicios de fitness y bienestar, contiguos a una piscina al aire libre.

La oferta gastronómica mantiene el nivel de todo el complejo. Además de contar con un lounge bar clásico y una trattoria al aire libre, tienen el restaurante Il Palagio, el cual ha sido reconocido con una estrella Michelin por la calidad de su cocina. El espacio elegantemente decorado en un estilo neoclásico encaja con el servicio acomedido y la propuesta con base de la cocina tradicional de la Toscana, reinterpretada por el chef Paolo Lavezzini.

El Four Seasons Florencia se encuentra en una zona bastante céntrica y de fácil acceso peatonal a los lugares más importantes de la ciudad. Empezando por la imponente catedral Santa María del Fiore y el Baptisterio de San Giovanni, célebre monumento religioso construido en mármol, o la Piazza Della Signora frente al Palazzo Vecchio y muy cerca de la galería de los Uffizi. Sin duda, la mejor estancia en la capital toscana.

LOS DATOS FOUR SEASONS FLORENCIA

• Habitaciones. Hay más de 115 habitaciones y suites. Destacan las suites especiales que combinan piezas históricas y modernas, incluyendo frescos en los, muebles de época y pisos de cerámica estilo Capodimonte. Las habitaciones cuentan con cama doble o individuales con edredones y almohadas de plumas, baño completo de mármol, con tina y ducha separadas, secador de pelo y artículos de tocador exclusivos.
• Spa. Tiene 10 salas y dos suites VIP para tratamientos de bienestar y relajación, sesi’ones de hidromasaje y gimnasio. Atiende manicuras y pedicuras con productos Officine Profumo de Farmaceutica di Santa Maria Novella. 
• Arte. El hotel, al ocupar un antiguo palacio, está plagado de estatuas y piezas de colección que llaman la atención en cada rincón, incluso en el Giardino, donde es común ver esculturas de artistas contemporáneos en exhibición. La impecable y detallada decoración interior contrasta con la austeridad de la fachada del hotel.
• Restaurantes. Tiene el Bar del Atrio para disfrutar algún cóctel personalizado, un café o algún tentempié. En la terraza, junto a la piscina, hay una trattoria especializada en pizzas. Y para la cena o almuerzo está el restaurante Il Palagio, con una estrella Michelin otorgada por la calidad de su cocina de autor con bases de la tradición toscana, liderada por el chef Paolo Lavezzini.
• Servicio. Es cálido y acomedido, siempre atentos a facilitar el check in y el acceso a la habitación, que al inicio no es fácil porque el hotel es grande y lleno de salones.

¿Por qué vale la pena? La comodidad de sus hermosas habitaciones, el arte que envuelve cada estancia y los imponentes jardines exteriores son, de primera impresión, motivos importantes para optar por este hotel palaciego con una vasta historia por descubrir en cada rincón. La buenísima ubicación, cercana al centro turístico, pero a la vez en una zona tranquila, es otro factor favorable a considerar.

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