Escribe Paola Miglio (IG @paola.miglio)

Aislarse y disfrutar de un oasis de paz en una de las ciudades más vibrantes del mundo suena a misión imposible. El centro madrileño es cada vez más un escenario burbujeante y que no descansa. Ciudad 24/7, y ahí, donde menos lo esperan, calma y diseño se despliegan en un antiguo edificio remodelado, donde unas escaleras icónicas reciben a un huésped ávido de confort, lujo quieto, escondite eterno. The Madrid Edition, detrás del famoso Oso de Madrid, guarda uno de los secretos mejor escondidos de la ciudad. Terraza con piscina, salones confortables y hasta un restaurante peruano inolvidable.

En una de las calles más tradicionales y cercanas a la Puerta de Sol, en Madrid, frente a tiendas donde venden los más sinuosos vestidos flamencos y los abanicos más prometedores, se levanta el hotel The Madrid Edition, en lo que era el antiguo edificio de la sede central de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad. Al lado de bares centenarios y detrás del mítico Corte Inglés de Preciados, donde todo pasa, se reciben las campanadas y el silencio se busca, pero casi nunca se encuentra. En medio de la jarana, el shopping y el turisteo eterno exacerbado en tiempos de rebajas y calores, una estructura imponente con tres fachadas se ha convertido en un punto de luz y celebración, en un retiro cálido con habitaciones que promueven el descanso, que integran texturas de maderas y lino transmitiendo una calma inusitada, pero real. Las 200 habitaciones y suites no se sienten. Sí, hay movimiento, pero los espacios bien estructurados permiten el desplazamiento de los huéspedes sin tumulto y la experiencia no pierde ni en calidad ni en esmero.

La escalera de yeso ya nos cuenta una historia. Esa que hay que trepar para llegar a recepción y que promete un mundo imaginario. Hecha de una sola pieza, se inclina por el minimalismo, los tonos claros. Por líneas que fluyen e iluminación tenue que genera un juego de luces y sombras. El diseño, a cargo del arquitecto John Pawson y el diseñador François Champsaur, logra con éxito una propuesta contemporánea que hace guiños a Madrid con mantones de Manila y el tapiz de la Real Fábrica de Tapices que se acomoda en el lobby. Que, acogedor y lúdico, invita al remoloneo, la lectura, la conversa larga y el descanso con sillones provocativos y una mesa para jugar billar.

Para completar, además de los servicios de un spa de lujo, los comedores a cargo de protagonistas de la cocina latinoamericana. Enrique Olvera de Pujol y Cosme NYC, plantea Jerónimo con cocina mexicana casual. Y Diego Muñoz, desde Perú, recrea la magia de la biodiversidad del recetario peruano en Oroya, donde Danitza Alpaca, joven jefa de cocina arequipeña entrenada en el fine dining, ha elaborado una carta con carácter y que incluye uno de los mejores cebiches que se pueden comer en Madrid. Palabra de peruana.

Oroya se encuentra en una encantadora terraza para inolvidables compartires, con vista a edificios monumentales y conventuales, con una piscina que se mezcla con el horizonte azul intenso y colorido a la hora del atardecer. Es casi un jardín lleno de magia y buen sabor que se completa con una barra de cócteles de pisco de los más surtidos que hemos visitado. ¿Para el final? Un postre, de chirimoya. Indispensable. La recomendación es reservar con tiempo, o por lo menos darse una vuelta por los restaurantes y admirar el diseño y la arquitectura bebiendo y comiendo sabroso.

LOS DATOS THE MADRID EDITION

• Habitaciones. Habitaciones de 29 m² hasta 34 m² con o sin balcón, 21 suites que van de los 34 m² a los 62 m² con espacios separados entre el dormitorio y la sala de estar, además de dos penthouse de 95 m² y  162 m². Las vistas pueden variar por lo que al reservar es importante definir si quieren vista al patio interno, a la calle o a la Plaza Descalzas. Las instalaciones incluyen duchas con efecto de lluvia y amenities de la marca Le Labo con una fragancia exclusiva desarrollada para este hotel.
• Áreas de relajo. El gimnasio está abierto las 24 horas, cuenta con equipos de entrenamiento de alta tecnología, pesas, área de estiramiento y toallas gratis. Después de entrenar se pueden relajar en el spa, un espacio cálido y acogedor, revestido de madera oscura. Hay cinco salas de tratamiento junto con un menú que incluye el masaje EDITION con aceite distintivo Le Labo.

• Arte. La decoración fue curada por Ian Schrager, uno de los creadores del concepto “hotel boutique”. Parte de la experiencia es disfrutar del diseño, la pureza y la simplicidad del arquitecto británico John Pawson y el arte, espíritu y originalidad del residente de François Champsaur. Además, una tienda con arte y productos de bienestar seleccionados especialmente de diseñadores locales.

• Experiencia BONVoy. Durante la estadía en The Edition podrán acumular 10 puntos BONVoy por cada dólar consumido en el hotel en gastos calificables; además, al hacer la reservación pueden solicitar upgrades y personalizar la experiencia al máximo, incluyendo wifi de cortesía, check in desde su aplicativo y llave digital.

• Cocina y Bar. Se puede reservar en los restaurantes Jerónimo de Enrique Pujol y Oroya de Diego Muñoz sin necesidad de estar alojados en el hotel. Oroya los fines de semana tienen brunch desde las 13:00 horas. Además del bar Oroya en la terraza, hay otro escondido en el lobby, Lobby Bar, déjense llevar y atender como en tiempos antiguos. El ambiente de luces tenues invita a pedir los clásicos. Un negroni, básico.

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