
¿DÓNDE NOS QUEDAMOS? HOTEL PARACAS A LUXURY COLLECTION RESORT
Un hotel con la ubicación perfecta, entre el mar y el desierto, para disfrutar de un fin de semana sin preocupaciones priorizando el descanso.
Un hotel con la ubicación perfecta, entre el mar y el desierto, para disfrutar de un fin de semana sin preocupaciones priorizando el descanso.
Escribe Fiorella Gómez (@lafoodieperiodista)
Entre el desierto iqueño y las costas del Océano Pacífico se ubica el Hotel Paracas The Luxury Collection, un espacio para entregarse por completo a los brazos del disfrute y tener una estadía rodeada de paz. Ubicado aproximadamente a cuatro horas de Lima, ofrece al visitante la comodidad de 120 habitaciones, dos bares, cuatro restaurantes, un spa y hasta un club recreativo para los más pequeños del hogar, permitiendo a los viajeros desconectarse.
El desierto de Paracas es una zona paisajística y arqueológica de incalculable valor cultural para sus visitantes. Por ello, no sorprende que año tras año reciba miles de visitas de peruanos y extranjeros que buscan disfrutar un fin de semana o estadías más largas rodeados de su imponente belleza. Nada más en enero de 2024, la Cámara de Turismo y Comercio Exterior de Paracas (Capatur) informó que el popular destino había recibido hasta 200 mil visitantes en ese mes. La Reserva Nacional de Paracas, las playas, los deportes acuáticos, la historia milenaria y la prodigiosa gastronomía marina de la zona son solo algunos de los atractivos que invitan al público a viajar hasta aquí.
No es de extrañar que esta sea la zona elegida por el Hotel Paracas The Luxury Collection para dar vida a un complejo que nace de un hospedaje icónico que fue reconstruido y recuperado apuntanto a la complacencia y al lujo. Las habitaciones están distribuidas a modo de pequeños vecindarios con instalaciones tipo bungalow que se reparten en dos habitaciones por edificación. Los interiores, suntuosamente decorados, no solo permiten un buen descanso sino que tienen todo lo necesario para estar cómodo lejos de casa: armarios amplios, bañera, tocador amplio y equipado, así como iluminación cálida tenue que ayuda a conciliar el sueño por la noche. La habitación estándar es suficiente para una estadía corta, sin embargo, ofrecen suites completas con sala de estar y otras más exclusivas que incluyen una piscina de inmersión en la terraza. Lo mejor de todo es la vista, que puede ser hacia el jardín interno o hacia el mar.
La propuesta gastronómica es amplia y se adapta prácticamente a todos los gustos. Dentro del hotel se encuentran cuatro espacios culinarios. El primero es el restaurante Ballestas, donde se sirve el desayuno buffet todas las mañanas e incluye diferentes barras acondicionadas para el display de frutas, panes, miel fresca, desayuno criollo, un espacio con alimentos sin gluten y la preparación en vivo de omelettes. En almuerzos y cenas, su gama de platos es bastante amplia, incluyendo un menú para niños con opciones amigables. Ahí mismo también hay una encantadora trattoria donde sirven pastas frescas y pizzas artesanales en un pequeño horno de leña bien ubicado.
El bar lounge del hotel, a un paso de la piscina principal del hotel, tiene una oferta de piqueos, sushi bar y otro tipo de tapas que acompaña perfectamente una velada con amigos junto al mar. La barra está bien equipada con destilados y licores nacionales e internacionales. Aquí un plus para los visitantes que quieren conocer más de la cultura local mediante sus bebidas es la experiencia de cócteles de autor (reserva previa) donde pueden probar creaciones reparadas con insumos locales, así como conceptos inspirados en la cultura de la zona.
La perla del hotel es el restaurante Chalana, situado al final de un muelle con una ubicación prodigiosa, rodeado del mar y dirigido por el chef Miguel Cabrera. En este espacio, la cocina marina trabajada con esmero es la reina. El restaurante busca mantener un enfoque sostenible, con productos frescos extraídos del mar procurando prácticas respetuosas con el ecosistema y servidos al cliente con el mayor cuidado posible. Las tardes se prestan como para pasarlas en este ambiente; es recomendable utilizar bloqueador y asistir en horas donde el sol no es tan intenso para tener la máxima comodidad. Además, para los que no pueden visitarlos en las instalaciones del hotel, ahora Chalana también está disponible en Popurrí, nuevo food hall ubicado en San Isidro.
En los alrededores del hotel, el vecindario es tranquilo. Los principales atractivos de la zona están cerca y pueden visitarse sin mucha dificultad. Los más turísticos son la Reserva Nacional de Paracas, el Museo de Sitio Julio C. Tello y las Islas Ballestas; también hay un parque de juegos acuáticos y, en el malecón, la cafetería Puerto, que ofrece café de especialidad a poco más de 10 minutos caminando.
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