Escribe Paola Miglio (paola.miglio)

Vamos viendo opciones, no solo que nos llenen de recuerdos de antaño, sino que también puedan brillar en las próximas celebraciones que se acercan. Esta vez elegí galletones y pisco, porque no hay nada más entrañable para calentar el corazón y levantar el espíritu. Así que anoten, que acá van algunas de las mejores opciones que he probado en cuarentena. 

Vamos a ponernos la mano en el pecho y sincerarnos de corazón: no tenemos tiempo. Los días primeros de cuarentena, cuando nos manejábamos desorientados por la vida (habitación o habitaciones de la casa), ya pasaron y ahora el problema es que las horas vuelan y debemos encontrar recursos que nos faciliten la existencia mientras cumplimos con las 250 horas de teletrabajo diario. Si a eso sumamos familias con hijos y clases, pues el acabose. La frenética búsqueda del pan perfecto y el cuidado de la primeriza masa madre en los que muchos volcaron su ansiedad en pandemia, han ido desapareciendo. Con la llegada de los delivery, los emprendimientos se han quintuplicado y a la hora de elegir, quizá se nos nubla el panorama. La compra termina siendo una acción política y un riesgo: ¿en qué invertir mi dinero? Desde lo más irrelevante, como una galleta, hasta algo más contundente. Debemos elegir. Y hoy elegimos galletas. Simple, trivial y tierna alternativa que nos puede sacar una sonrisa en un día pálido y sin ganas. De las que probé hasta el momento, estas son las que más me han gustado: galletones generosos y cuidados en ingredientes que no empalagan ni abusan del chocolate como recurso de enganche para crearse un sitial ente “los más ricos”. Recuerden: el balance es importante y eso es lo que se debe buscar siempre.

Primero, la que me enamoró hace ya algunos años y sigue siendo fuente de inspiración para algunas versiones caseras que he desarrollado, atrevida. La galleta del El Pardo DoubleTree by Hilton. Te las dan si te alojas en el hotel de bienvenida pero también se pueden comprar. Las latas son de seis galletones (S/ 40), pero si ya tienen lata y solo quieren un refill, cuesta S/ 35. Por unidad S/ 6. Son notablemente equilibradas y de mordida rica en ingredientes: llevan sal, nueces, avena, esencia de vainilla y chispas de chocolate, y lo divertido es que se pueden sentir todos los insumos que se emalgaman creando una propuesta amelchochada, suave y querendona. Tan querendona que hasta han publicado su receta por si alguien se anima a hacerlas en casa.

Otra favorita es la de Mayo Comedor. Son galletones con corte triangular y como para compartir. Hay de piña y sal de Maras, chocolate de cacao peruano Chuncho (Cusco), de manzana verde y canela y una inolvidable, la clásica galleta gigante de miel con sal de Maras con caramelo de leche fresca. Van desde S/ 17 y valen las penas y el arrepentieminto despues de habérselas comido. ¿Más? Las de Antonieta Cake & Bake, son las que siempre pedimos en casa para cumpleaños y celebraciones y sí, hay que programarse la mayoría de veces, pero si tienen suerte hay cajas listas cuando llamen. Sus galletas me hacen acordar a esas que hacía mi mamá cuando yo era chica y ella tenía tiempo y quería (ahora no hay forma, dice), con un glaseado casero y abundante, para decorar en casa o en kit para que los más pequeños pasen horas dejando volar su imaginación. La última vez que encargué un kit para armar estaba S/ 40 y traía ocho galletas, cuatro mangas, dos tipos de grajeas y una bolsita de gomitas.

Dos más para cerrar la lista: las de Bakery 180, de tamaño más reducido pero salen recién horneadas, no exageran en las de chispas de chocolate y hay una de avena con arándanos que está buenaza. Se piden con anticipación y vienen en cajas de 12 por S/ 40. Finalmente, entre las listas para comer, una que se ha convertido en mi preferida de la temporada y quizá es por la sensanción de estar estar comiendo algo rico y vegano (aunque sea un estado mental, la culpa no me estrangula): la galleta vegana de avena de La Nevera Fit. Con harina de arroz y azúcar y aceite de coco. Se van a querer pedir más de una, es amelcochada y si le dan unos segundos en el microondas, todo.

Ahora, también han salido opciones de masa lista para quienes aún tienen ganas de hornear pero no sumergirse en el trajín de la prepaprada. Por ejemplo, Schiaffino Catering tiene unas de chocolate al 70% hechas con cacao peruano que llegan ya con las bolitas armadas para darles el grosor que uno quiera y directo al horno (S/ 49 x 20 porciones). Y Just Bake It tiene de chispas de chocolate, doble chocolate y avena con arándanos: masa lista para usar lo que se necesita, darle la forma que uno quiere, congelar el resto y llenar de un aroma cariñoso la casa entera. Los potes son de un kilo y están S/ 35.

El toque final después de la empachada lo da un buen pisco, y eso es lo que plantea 1615, con imagen renovada en botella y etiqueta, las uvas pisqueras se expresan con delicadeza y hay un Torontel sutil y aromático que si lo beben solo y helado será el final perfecto para cualquier comida o postre: sedita. Hay también Mosto Verde y Acholado. Los precios fluctúan entre S/ 60 y  S/ 80 y los pueden encontrar en El Pozito o en www.cava16.com.

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