NUEVO LIBRO CON RECETAS NUTRITIVAS HAMBRE CERO, DE DESCARGA GRATUITA

Extracto del libro Hambre Cero, disponible en PDF gratuito / Ilustraciones Diana Kisner

Hambre Cero: recetas y consejos para un Perú más fuerte es una publicación del Programa Mundial de Alimentos para promover la buena nutrición de niños y madres gestantes, y para contribuir con la lucha contra la anemia y desnutrición crónica infantil. El libro incluye 67 recetas locales nutritivas, provenientes del programa televisivo Cocina con Causa y de los proyectos de gestión territorial que WFP ejecuta en Perú.

Hace más de 50 años que el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas está en el Perú. Su presencia ha sido fundamental para enfrentar con éxito dos desafíos: la anemia y la desnutrición crónica infantil (DCI). Gracias al fortalecimiento de capacidades y la asistencia técnica de WFP al gobierno, así como a su alianza estratégica con la sociedad civil, organismos internacionales, sector privado y academia, se intenta que el país llegue con pie firme a 2030 habiendo cumplido el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) Nro. 2 – Hambre Cero. Actualmente, no obstante, sin alejarse de sus habituales actividades, el WFP enfrenta el reto impuesto por la pandemia de la COVID-19, que lo ha llevado a tomar decisiones inmediatas con el fin de no retroceder en el terreno ganado y lo ha impulsado a extender su enorme brazo humanitario.

UN EVENTO INESPERADO E INÉDITO PUSO AL MUNDO DE CABEZA

En marzo de 2020, Tania Goossens (representante y directora de país de WFP en el Perú) y su equipo continuaban ejecutando el plan estratégico que se habían trazado para el quinquenio 2018–2022, cuando la pandemia originada por el covid 19 los impulsó a dar un enorme y estratégico viraje para seguir fortaleciendo la capacidad nacional, regional y de las comunidades en temas de seguridad alimentaria y nutrición, y contribuir a la mejora de las políticas públicas al respecto.

En los años anteriores, según Tania, el Perú había avanzado muchísimo en términos de reducción de pobreza y DCI. Incluso se había convertido en un país modelo en ese sentido, que podría cumplir con el ODS Nro. 2 – Hambre Cero antes de 2030. “Por entonces, no teníamos ninguna urgencia humanitaria ni de respuesta a crisis. No había necesidad”, dice Tania. Pero la pandemia los impulsó a actuar rápidamente, adaptando sus actividades e incluyendo en su Plan Estratégico País la respuesta a crisis y ayuda humanitaria; el trabajo tenía que continuar.

Fue así que, para sus proyectos de gestión territorial (alianzas público-privadas con cooperación para el desarrollo) en Ventanilla, Sechura y Áncash -donde WFP promueve y mejora la seguridad alimentaria, además de reducir la anemia y la DCI de forma sostenible-, incorporaron, en muy breve tiempo, nuevas herramientas digitales, estrategias de comunicación y otras acciones con el objetivo de continuar trabajando tanto en la reducción de la anemia y de la DCI como en el fomento de la alimentación saludable en estos territorios. “Nuestra prioridad es llegar a las comunidades, así que hemos hecho todas las coordinaciones posibles para contar con mujeres y hombres facilitadores con los que podemos mantener una comunicación fluida y acompañarlos, además de organizar ‘webinarios’ y otro tipo de reuniones interactivas. Lo mismo hacemos con los centros de salud y los programas sociales”, asegura la directora. Los facilitadores a los que se refiere Tania visitan a las familias con el fin de que no bajen la guardia respecto a la nutrición de sus hijas e hijos, y que estos continúen con sus tratamientos para prevenir o reducir la anemia y la DCI.

Y es que el reto de Tania Goossens y de su equipo era que, al no poder la población acceder a los centros de salud debido a las restricciones sanitarias generadas por la pandemia, el riesgo de que se incrementaran los índices de anemia y DCI era latente. Es decir, existía el peligro de desandar el camino que tanto esfuerzo había costado recorrer. “Los logros obtenidos fueron gracias al acompañamiento a las familias. Eso ha sido clave. Por eso recurrimos a todas las tecnologías posibles, a través de los celulares y con aplicaciones como el WhatsApp, para continuar nuestra labor”. Además, siguen trabajando con radios regionales y comunales para transmitir sus mensajes: “Intentamos llegar a la mayor cantidad de familias posible”.

LA LUCHA CONTRA LA ANEMIA Y LA DESNUTRICIÓN CRÓNICA INFANTIL

Durante años, la presencia de WFP en el Perú ha servido para articular a los diferentes actores involucrados en resolver la problemática de la malnutrición, con el fin de alcanzar el ODS Nro. 2 – Hambre Cero. “Trabajamos con los gobiernos regionales, las municipalidades, los programas sociales, les damos apoyo técnico, nos aseguramos de que la nutrición esté presente en sus planes, que obtengan el financiamiento necesario y que puedan fortalecer sus capacidades”, explica Tania.

En el ámbito de las comunidades el trabajo de WFP consiste en acercarse a estas y acompañarlas con mensajes de cuidado dirigidos principalmente a las madres gestantes y a las niñas y niños. “Lo más urgente es prevenir la anemia y no esperar a que esta ocurra. Por ello, promovemos la prevención y el tratamiento, asegurándonos de que niñas y niños tomen sus suplementos, les proporcionamos recetas nutritivas a las familias y ahora también promovemos módulos productivos”.

“En la región Piura —continúa Tania— la producción es básicamente de arroz; la idea es que esta se diversifique y se siembre otro tipo de hortalizas y verduras. Por eso los módulos. En un lugar como Sechura, por ejemplo, un desierto donde el agua es escasa, buscamos innovaciones para que los pobladores aumenten su productividad”. Lo que se desea finalmente es que estos pobladores tengan un mayor acceso al mercado para vender sus productos, que se innoven los centros de acopio, promover el consumo de sangrecita (alimento básico y fundamental por su contenido de hierro) y consolidar la oportunidad de las personas de tener un ingreso. “Si bien la meta principal es reducir la anemia y la DCI, la afrontamos con una mirada más amplia y holística”, sostiene Tania.

Otra de las preocupaciones de WFP es reforzar la alimentación escolar. “Trabajamos de la mano con el Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma (a cargo del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social – Midis), conscientes de que en este campo el objetivo es procurar que los escolares tengan una alimentación adecuada y saludable para que desarrollen su máximo potencial”.

EXPERIENCIA GANADORA

A lo largo de los años 2017, 2018 y 2019, WFP junto con el Ministerio de Salud (Minsa), el Midis y el Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú (IRTP) – TV Perú, pusieron en marcha una iniciativa destinada a entretener, orientar y mejorar los hábitos alimenticios de toda la población a través del programa de televisión “Cocina con Causa”, en el que participaron cocineras y cocineros de todo el país, además de experimentados nutricionistas y gestores de cambio. El programa tuvo tal acogida que en su segunda y última temporada (2018-2019), evolucionó a una plataforma transmedia agregando una página web, redes sociales, campañas, activaciones y programas radiales con el objetivo de aumentar el alcance de sus mensajes. En 2020, y tomando en cuenta las restricciones sanitarias impuestas por el covid 19, se desarrolló una campaña totalmente digital: “Cocina con Causa (en casa)”, promoviendo la nutrición familiar saludable con nuevas prioridades, para que las familias experimentara recetas buscando el ahorro y la optimización con alimentos locales y rendidores e incorporara prácticas de higiene.

La primera temporada de Cocina con Causa fue galardonada a nivel internacional con el Premio Humanitario en la categoría “Logro Excepcional” y con los Premios a la Excelencia en “Uso del Filme / Video para el Cambio Social” y “Programa Reality” en el Concurso Mejores Cortos 2018. También ganó el “Logro Excepcional” en la categoría “Programa Reality” en el Concurso IndieFEST. Estos premios posicionaron a Cocina con Causa como una de las más destacadas iniciativas en televisión para sensibilizar al mundo en temas sociales como la igualdad, salud y justicia social, entre otros. “Por eso se decidió difundir también las recetas del programa en este libro (virtual y físico) para seguir ampliando su alcance”, afirma Tania, quien cree que además servirá de inspiración para otros cocineras y cocineros, jefas y jefes de hogar, lideresas de ollas comunes y comedores populares, entre otros.

EL (A)BRAZO HUMANITARIO

A raíz del covid 19, WFP activó inmediatamente su misión humanitaria en varios frentes. Como lo ha hecho en otras situaciones de crisis, ahora también realiza acciones de logística uniendo esfuerzos con el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), entidad que canaliza las entregas de donaciones de diferentes organizaciones en favor de las poblaciones más vulnerables del Perú. “Asimismo —explica Tania— hemos apoyado a la Presidencia del Consejo de Ministros en la distribución de canastas de alimentos en Lima y Callao, y al Plan Tayta para que estas se repartan en todo el país”.

Gracias a su experiencia humanitaria, WFP le ha tendido la mano a un grupo de migrantes venezolanos en Lima y Callao. “Los hemos asistido además con un bono en efectivo, no solo a los migrantes sino también a la población de acogida que no ha recibido ninguna ayuda”.

La seguridad alimentaria, que en su significado más básico implica que todas las personas puedan acceder, física y económicamente, a alimentos nutritivos e inocuos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias, con el fin de lograr una vida activa y sana, es igualmente un asunto relevante para WFP. Y el covid 19 la ha puesto en riesgo. “En el Perú muchas personas dependen del sector informal y durante la pandemia no han ganado nada o casi nada, lo que ha repercutido en la calidad y cantidad de su alimentación. Y si hay algún dinero apenas alcanza para adquirir alimentos que no cumplen con el requerimiento nutricional que necesita el organismo. Hay muchas personas que solo comen una vez al día, por eso nosotros estamos haciendo incidencia para alertar al gobierno y al sector privado”. Esta incidencia se basa en datos que WFP recoge remotamente y que le permiten diseñar una respuesta. “Tenemos algunas propuestas como, por ejemplo, las tarjetas electrónicas para la compra de alimentos, permitiendo la implementación efectiva de asistencia alimentaria a población vulnerable en zonas urbanas. Promovemos además el consumo de arroz fortificado que contiene hierro y micronutrientes”. Tania Goossens advierte, de otro lado, que la seguridad alimentaria es un tema tan serio que David Beasley, director ejecutivo de WFP, al recibir el Premio Nobel de La Paz que le fue otorgado a la organización en 2020, alertó al mundo sobre la inminencia de una hambruna y pidió seguir luchando contra el hambre “aunque haya muchas otras prioridades”. Por cierto, el Nobel de la Paz les fue otorgado como un reconocimiento al trabajo del personal de WFP que arriesga su vida todos los días para llevar asistencia alimentaria a cerca de 100 millones de personas que padecen hambre en el mundo.

ALIANZA CLAVE

“No he visto, en toda mi experiencia, un sector privado más comprometido que el peruano. La mayoría de los representantes de la empresa privada está muy enterada de los asuntos relacionados con nuestros objetivos y habla de nutrición con conocimiento de causa, por lo que podemos entablar diálogos constructivos”, dice Tania. En efecto, el apoyo del sector privado es sumamente valioso: “Ellos buscan situaciones que funcionen, en las que puedan invertir, demandan evidencias, buscan consejos e ideas de innovación. También están dispuestos a ayudar, generan incidencia en el tema de Hambre Cero a través de espacios de diálogo de alto perfil y especializados, movilizando a otros agentes del sector para posicionar el tema de nutrición y seguridad alimentaria dentro de su agenda”. La última gran noticia de WFP en Perú es que ya han comenzado a trabajar con mujeres indígenas de la provincia de Condorcanqui (Amazonas), con la finalidad de brindar su apoyo en temas de salud reproductiva y nutrición.

EQUIPO COMPROMETIDO

“Estoy muy orgullosa —refiere finalmente Tania— de que gracias a mi equipo y a su compromiso con el objetivo Hambre Cero hayamos podido transformar nuestro programa y responder rápidamente a la emergencia provocada por el covid 19. Muchos de mis colegas trabajan en condiciones sumamente difíciles y sacrificadas”. Tania ha incorporado a sus filas a un buen número de personas durante la pandemia, pues había que reforzar el equipo de trabajo para responder a las nuevas actividades generadas como respuesta a la emergencia. Ahora está más que sorprendida de cómo se han puesto la camiseta de WFP sin haber tenido, en muchos casos, un contacto presencial ni con los líderes de la organización ni entre los equipos. Un ejemplo para las peruanas y los peruanos, y un llamado a sumarnos todas y todos a esta gran cruzada para alcanzar el Hambre Cero.

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