FRANCESCA FERREYROS: FRINA, ENTRE EL SUDESTE ASIÁTICO Y LA SELVA PERUANA

Escribe María Elena Cornejo (IG @melenacornejo) / Foto portada Jimena Agois (IG @jimena.agois)

Desde chiquita, Francesca Ferreyros supo que lo suyo era vivir entre cacharros. Creció en un ambiente gastronómico, con el abuelo diplomático y la abuela de sazón privilegiada. Ellos vivieron en China y Corea, por eso la casa familiar era un muestrario de la cultura asiática donde la niña Frina (su apodo familiar) disfrutaba cocinar con la abuela. El paladar curioso lo heredó de su papá para quien la palabra “no me gusta” estaba prohibida. Obviamente estudió Gastronomía en Le Cordon Bleu, trabajó en restaurantes de Lima y Estados Unidos antes de recalar en el área de pastelería en El Celler de Can Roca. No le hizo mucha gracia el área dulce porque lo que quería Francesca era cocinar, pero aguantó pese a que terminó con los dedos ensangrentados y chamuscados por el frío de las planchas congeladas que debía manipular.

Luego de tres años le llegó la oportunidad de viajar a Tailandia, pero para trabajar en un restaurante de cocina india del estrellado chef Gaggan Anand. Fueron tres años fantásticos de bucear en las profundidades de la cocina asiática. Una gira por Sudamérica con Gaggan la reconcilió con la región y con el ambiente de euforia creativa que vivía el Perú. Dudó, pero finalmente regresó llena de sueños y proyectos para hacer una cocina personal que vinculara nuestra Amazonía con Asia en clave fine dining. Surgió Baan en plena pandemia con atención por delivery, luego pasó a un local que hoy está en proceso de traslado a otro distrito. Mientras tanto imaginó Frina, su nuevo restaurante que abrirá en abril en Avenida Arequipa, donde reflejará todo lo aprendido, comido y viajado en su peregrinar gastronómico por las cocinas del mundo.

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